Cuando se escucha hablar, cuando se ve por la televisión o se lee en un diario o revista acerca de visitar la región amazónica, la idea que se viene rápidamente a la cabeza es la de adentrarse en la inhóspita selva, ríos caudalosos, reptiles y animales de gran tamaño como si de película se tratara; selva, espesa vegetación y naturaleza, pura naturaleza.

El placer de una casa en un árbol

Y aunque algunas de esas cosas son ciertas, solo el estar cerca al Amazonas es un sentimiento único que no tiene descripción alguna, ¿Pero qué pasaría si el plan es vivir como uno más de los habitantes del lugar? Esa idea puede lograr aterrar a algunos pero la realidad pura, cierta y comprobada es que es sencillamente maravilloso. Vivir como un elemento más de la naturaleza nos conecta con toda ella y nos ayuda a comprender la hermosura de la creación divina, nos permite conocer de primera mano sus fortalezas pero también sus debilidades; nos hace entender como testigos oculares que así como podemos destruir sus maravillas, también nos hace parte de la verdadera solución.

Vídeo

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Vídeo: https://youtu.be/tT02LaLkoDU